El trayecto fue seguido por unas 100.000 personas que querían despedirse de uno de los mejores futbolistas de la historia y una de las personas más célebres de Irlanda del Norte. Esta enfermedad, que no era excesivamente grave y pudo ser tratada con ayuda del paciente, ganó su guerra al cuerpo de Best después de automedicarse aumentando la cantidad de pastillas, provocando una sobredosis de inmunosupresores que hizo que el sistema inmunológico se apagara.